
TRAS LA PISTA DEL "CHUCU CHUCU"
En 1961 cuando Gustavo “El Loko” Quintero decidió crear un nuevo género musical; la música tropical. Esta música poco a poco hizo parte de la vida de los colombianos. Hoy en día este ritmo se ha visto desplazado por la llegada de nuevos géneros musicales. Lo que conllevó a un cambio en la forma de vender la música y estancamiento de la industria tropical.
SE SIENTE DICIEMBRE
Discos fuentes, una disquera especializada en la música tropical, se ha mantenido en pie gracias a la actualización de nuevas formas para distribuir las canciones.
Esta fue la primera compañía discográfica que en 1961 lograba superar la cantidad de contenido musical que cabía en un disco de vinilo. A este formato solo le cabían 12 canciones (seis en el lado A y en el lado B) así que el reto era hacer que aquel “elepé” tuviera 14 canciones. Aquello representaba un avance tecnológico, pues requería que se introdujera mucha información en poco contenido, y se corría el riesgo de que al reproducirse en un gramófono “el disco se apagara”. Sin embargo, lo lograron. De ahí los 14 cañonazos bailables que suenan desde ese entonces.
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El 12 de octubre lanzaron el volumen 58 que hará bailar a cada hogar colombiano en la época decembrina del 2018. Hoy, con la llegada de la tecnología y el mundo digital, Discos Fuentes se ha mantenido en la innovación. Adaptándose así a las nuevas plataformas y formas de consumo, pero sin dejar a un lado sus raíces en la música tropical o “chucu chucu”, como popularmente es conocida.
Un viaje musical
Hay una particularidad en los 14 cañonazos, y es que ya no son catorce. La respuesta es simple. La estructura de este compilado también se reinventó. Por ejemplo, el volumen de 2018 consiste actualmente en tres componentes. El primero es el de novedades, donde van incluidas las 14 canciones nuevas del volumen, en este caso se incluyen algunas nuevas fusiones de música tropical con otros géneros como la electrónica y demás. El segundo es el de los “machetazos bailables” que son aquellas canciones de música popular y carrilera que tienen mayor consumo y han sido altamente apreciadas en los pueblos del país. El tercero es un mano a mano, que, en este caso, en el marco de fin de año y la producción de la novela “Loquito por ti” de Caracol, han decidido incluir canciones de Gustavo “El Loko” Quintero, y Rodolfo Aicardi.
Pero, la música tropical no solo ha migrado a nuevas plataformas, como Spotify, Dezzer, etc, porque Colombia sea el tercer país que consume más música en streaming después de Brasil y México, según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (Ifpi), sino porque las nuevas generaciones consumen otro tipo de géneros.
Tony Peñarredonda es el gerente general de Discos fuentes y lleva 28 años trabajando en esta disquera. “La música tropical es un mercado que no es muy visible pero que sigue existiendo […] no es que los jóvenes no les guste la música tropical, es que solo se muestra un género”, afirma. La poca visibilidad a este géneros se debe a la influencia de las plataformas y los medios que poseen “charts” y la parrilla de programación con las canciones más sonadas mundialmente, donde el reguetón ha sido el género prioritario y que lo ha absorbido todo. Sin embargo, según Peñarredonda, el mercado de la música tropical a pesar de no ser muy visible sigue existiendo, pues artistas nuevos como Jessi Uribe- que hace parte de las novedades del volumen 58- han decidido incursionar en la interpretación de canciones en el género tropical.
“Catorce cañonazos es bailable…es sinónimo de diciembre, de alegría, de unión familiar […] hace parte de la colombianidad […] tenemos que darle gusto a la familia”. Esta frase es prueba de que los criterios de selección de los 14 cañonazos ya no son como antes. Ya no se trata de colocar lo más sonado en el año, ahora, los criterios van enfocados hacia compilar lo mejor de lo tropical, y fundamentalmente, mantener lo bailable.

Foto por: Camila Mestra

Foto por: Camila Mestra

Foto por: Camila Mestra

Adicionalmente, para 2018 Discos fuentes no solo sigue empeñándose por mantenerse en las plataformas streaming, también ha querido conservar la tradición del formato físico para llevarlo a casa. Ya no es un disco compacto sino una USB con el compilado, un calendario 2019 con toda la estética y temática colorida del actual volumen y, dentro del mismo, la posibilidad de usar códigos QR que vienen en los diferentes meses del calendario, con el fin de escuchar las canciones y ampliar información sobre esta. Dichas herramientas y transformaciones se están implementando con el fin de llegar en formatos que vayan acorde al consumo de las personas y a las nuevas fusiones que se escuchan, sin dejar lo original. “La gente va a seguir escuchando cañonazos por toda la vida, y cada vez nos estamos reinventando”.
LOS GRADUADOS
La música tropical es la mezcla de diferentes géneros musicales del caribe; la salsa, cumbia, merengue, bachata, cha cha cha, entre otros. La cuna de esta música en Colombia tuvo lugar en Antioquia, de donde salieron exitosas orquestas de este género como Los Graduados, Los Hispanos, El Combo de Las Estrellas.
Precisamente de Antioquia es Gustavo “El Loko” Quintero, el mayor exponente de la música tropical en Colombia. Su historia empezó con la orquesta Los Teen Agers. Esta orquesta fue la pionera de nuevos ritmos, que más tarde se denominarían música tropical, incluían instrumentos como: el güiro, los timbales, congas y saxofón.
En esta agrupación nacieron varios éxitos; El Casamiento, Chico Ja Ja, Canta el Corazón y muchos más. Estos éxitos posicionaron a la orquesta a nivel nacional, tanto así que dos de sus canciones salieron en la primera edición de los 14 cañonazos en 1961, La Cinta Verde y Cumbia Sincelejana.
Después, Gustavo decidió unirse a Los Hispanos, orquesta de la que fue el vocalista principal. En este grupo éxitos como: Caracoles de Colores, Así Empezaron Papá y Mamá, y Para Santa Marta, los hicieron resaltar. Más tarde, en 1969, algunos integrantes, entre ellos Gustavo, de Los Hispanos decidieron separarse y formar su propia orquesta. Una orquesta a la que nombraron Los Graduados.

Foto: cortesía Consuelo Ruíz

Foto: Cortesía Consuelo Ruíz

Foto: Cortesía Consuelo Ruíz

Foto: cortesía Consuelo Ruíz
En 1970 Los Graduados firmaron contrato con Discos Fuentes, disquera con la que grabaron clásicos como: La Pelea del Siglo, Ese Muerto no lo Cargo Yo, La Maestranza, Alumbra Luna y más de mil canciones que hicieron parte de la juventud de la mayoría de los colombianos.

Los timbales
Álvaro Gómez es el timbalero de la orquesta desde hace más de 30 años. Inició su carrera con Los Graduados en 1991 y desde ese momento toca con el grupo en cada presentación. Álvaro describe la música de Gustavo “El Loko” Quintero como una mezcla de los ritmos del folclor colombiano.
Aunque el estilo siempre fue el mismo, hay dos instrumentos que, Álvaro dice, le dieron un toque de modernidad a la orquesta; se trata del bajo y el piano. Instrumentos que en las primeras producciones de Los Graduados no figuraban, pero poco a poco se fueron mezclando en las melodías de cada canción hasta volverse indispensables.
LA ACTUAL INDUSTRIA MUSICAL
“No hay forma de saber cifras registradas oficialmente […]las industrias discográficas en sus inicios fueron informales para administrar los recursos [...] los músicos no tenían muchos intereses de llevar algún tipo de contabilidad”- dice Juan Diego Parra. Este Phd en Filosofía e investigador de la Facultad de Artes y Humanidades del Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), y ganador de la Mención Especial en Crítica de Televisión del Premio Simón Bolívar de Periodismo 2014, se ha dedicado gran parte de su carrera profesional a estudiar el género de su natal Medellín, el Chucu Chucu, permitiéndole así publicar dos libros, Arqueología del Chucu Chucu (2014) y Deconstruyendo el Chucu Chucu (2017), y un documental llamado: Cuando el Chucu Chucu se vistió de Frac. Este último merecedor de dicho premio.
Según Juan Parra, desde el surgimiento de la música tropical y hasta el surgimiento en 1987 de la Sociedad de Autores de Colombia (SYCO) y la Asociación Colombiana de Intérpretes y Productores Fonográficos (ACINPRO), no hay registros exactos de cómo era el movimiento de la industria de la música tropical en términos económicos. La forma de dimensionar las cifras en términos económicos y de imaginar la gran cantidad de dinero que movía dicha industria, es mirar cómo se fueron potenciando los sellos discográficos de la época y el crecimiento exponencial de las estas empresas. Los estudios de grabación, los equipos tecnológicos y el personal trabajando en las compañías disqueras se fueron robusteciendo.
Otra manera de dimensionar la industria tropical de la época es a través del material de los periódicos de los años sesenta y setenta. Pues, en dichos periódicos de la ciudad de Medellín, se evidencia la cantidad de información y publicidad sobre los eventos musicales que, de miércoles a domingo, la ciudad albergaba en gran cantidad.
La música tropical tuvo su impacto masivo de manera progresiva. Más precisamente, en el momento en que se empezó a fortalecer y profesionalizar todo el aparato de producción y comercialización de la misma, a través de medios como la radio y la televisión. A su vez dicha industria se fortaleció mediante la demanda comercial que el género empezó a crear y a los cambios progresivos que iban adoptando las orquestas del momento según las necesidades del público.
Esto da cuenta que desde sus inicios, Colombia ha sido un país interesado en fortalecer la industria musicales, y no solo en el Chucu Chucu, sino en todas sus propuestas musical, fenómeno que se ve actualmente. Según el informe de Caracterización del recaudo de espectáculos en vivo: 2012-2017 emitido por la Cámara de Comercio, el 80% del recaudo total en 2017, vino de los espectáculos en vivo realizados en el campo de la música. (Gráfico 1). A su vez, el 45% de dicho recaudo total viene de los eventos musicales en vivo realizados en Bogotá, seguido de Medellín con un 13% del recaudo y Barranquilla con el 14%. (Gráfico 2).



Industria musical colombiana en cifras
Según cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), Bogotá movió $836.766 millones de pesos para la industria musical del país en 2017. Esto gracias a las 1765 empresas de la capital, registradas a 2017, que se dedican a la música en aspectos como realización de eventos, creación de música, grabación y edición de música, programación y transmisión por radiodifusión, y fabricación de instrumentos.
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LA NEW AGE
Con el Chucu Chucu bailaron abuelos, padres e, incluso, algunos jóvenes hoy en día. Es un género que se ha transmitido de generación en generación y se ha visto como un sin fin de diciembres y fiestas se han animado al son del ritmo alegre y electrizante que la música tropical transmite. Pero, hay preguntas vigentes, ¿Qué ha pasado con el Chucu Chucu hoy en día? ¿Por qué los jóvenes ya no lo escuchan como lo hacían anteriores generaciones?
Multiplicidad musical en Colombia
Hoy no es común ver el surgimiento de una orquesta usando el estilo clásico y sesentero de grupos como Los Hispanos o Los graduados. Con todos los miembros de la orquesta uniformados con trajes monocromáticos o vestimentas idénticas. Y a la hora de la puesta en escena, bailando en perfecta sincronía con el pasito caminado básico del Chucu Chucu. A su vez, por más que se intente rastrear el sonido original de las canciones que antaño marcaron la época decembrina, se encuentra que entre lo denominado la nueva música colombiana, solo permanecen palimpsestos de la música tropical original, o que esta está siendo utilizada como base o fuente de inspiración en las piezas musicales actuales.
Desde principios del 2000 la música tropical ha presenciado una transformación, que no precisa exactamente la reinvención del género sino el surgimiento de la música fusión.

Grupos musicales como Bomba Éstereo, Systema Solar, La Mojarra Eléctrica, e incluso otros más conocidos actualmente como Monsieur Periné, hacen parte de la nueva onda “fusión”. Esta consiste en tomar múltiples géneros para crear un sonido que encaje en lo contemporáneo y actual. En el caso de la música tropical, grupos como Puerto Candelaria y Electropika hacen parte de aquellos que parten de las raíces del género y las combinan con otros géneros e instrumentos para crear un ritmo propio y único.
Lo viejo y lo nuevo
Puerto Candelaria es una agrupación musical que es considerada como pionera en la música fusión colombiana. Nació en el 2000 en la urbe Antioqueña, Medellín, donde un par de jóvenes, Juancho Valencia y Eduardo González, estudiantes de música en ese entonces, tenían la idea de crear una agrupación que lograra sintetizar y agrupar todo el sentir y la tradición colombiana en cuanto a su pluralidad de ritmos, con el fin de rescatar esa identidad propia del país. A su vez integrar el jazz como un género que les permitiera crear algo nuevo conectado con la música tradicional colombiana.
Sin embargo, según Eduardo González, se dieron cuenta que era imposible incorporar la totalidad de los géneros existentes, pues Colombia es un país rico en variedad musical y deseaban encontrar una naturalidad entre lo que los identificaba. Finalmente decidieron enfocar sus bases musicales en la identidad propia de Medellín con la música tropical y las fuertes influencias de ese entonces en el rock y el pop, partiendo de los referentes más importantes en la música clásica, el jazz y el chucu chucu.
“Puerto Candelaria se ha inventado su propio género y se ha inventado su propia forma de hacer música […] creó sus propias reglas, y al mismo tiempo las rompemos cuando queremos” — dice Eduardo, pues el objetivo principal de la fusión que produce el sexteto Puerto Candelaria es mostrar la diversidad musical, y, a su vez sorprender al público mostrando la realidad política y social del país a través de sus composiciones. Esto los ha llevado a lanzar 5 discos, vender entre 15.000 y 20.000 copias y estar próximos a sacar su sexto álbum junto a su disquera independiente Merlín producciones.
Por otro lado, Electropika es un dueto compuesto por Adriana Gutiérrez, una DJ paisa de 35 años, y Julián Ramírez, un percusionista de 37, que juntos llevan la música tropical a un nivel bailable identificable para quienes crecieron con esta música y para las nuevas generaciones. Se trata de un proyecto que hace parte del catálogo de Discos Fuentes, el cual, a criterio propio, utiliza las canciones de chucu chucu de la época, que hacen parte del sello discográfico, con el fin de revivir toda la calidad musical de los temas musicales, pero a través de la fusión con sonidos más actuales propios de la electrónica.
Adriana, es mayormente conocida como "la DJ de los Vinilos", pues le encanta coleccionar los Long Plays de la música tropical sesentera y estos, junto con el primer órgano Yamaha Electone que le regaló su padre a los 6 años y su primer tornamesa de DJ, son su fuente de inspiración, pues la llevan a aprovechar todo el bagaje del chucu chucu que hacen parte de la identidad colombiana, para hacer contenido innovador manteniendo las raíces y logrando así incorporarse en lo actual.

Electropika hizo el lanzamiento de su primer álbum en septiembre de 2018, y su canción Bombo y Maracas está incluida en el volumen 58 de los catorce cañonazos.
El surgimiento de estas bandas representa el arraigo de los colombianos por llevar su identidad a campos tan únicos como los de la sonoridad. Siempre teniendo presente que hay un pasado que vale la pena recordar como nación y como generaciones entrelazadas.

CRÉDITOS
Realizadoras: Camila Mestra Correa y Camila López Fernández
AGRADECIMIENTOS
Tony Peñaredonda- Gerente Discos Fuentes
Ángel Villanueva- Ejecutivo Disquero Discos Fuentes
Consuelo Ruíz- Representante Los Graduados
Álvaro Gómez- Timbalero Los Graduados
Integrantes orquesta Los Graduados
Juan Diego Parra- Filósofo investigador ITM
Eduardo González- Bajista Puerto Candelaria
Adriana Gutíerrez- Dj Electropika